martes, 24 de enero de 2012

La Feria y yo

Hace algunos días comentaba con alguien sobre la Feria, entre todos sus gustos, esta persona me dijo que su deleite final era hacer las cuentas de cuánto habían gastado entre toda su familia y no por ser materialista o interesada, sino porque de esa manera podía recordar cada momento que pasaron, ya fuera comprando un algodón de azúcar, una manzana de caramelo, subiendo a los juegos, en una bebida, o bien en dulces del Salón o Pabellón Guanajuato.
En lo particular no soy aficionado de la Feria, creo que me engento muy pronto, pero en realidad no es eso sino que no me gusta ver cómo la mayoría de las personas que ahí están tratan de disfrutar de lo que les alcanza. Sacrificando unas cosas por disfrutar de otras, digase dejar de comprar golosinas como el algodón, las manzanas, un refresco, la banderilla u otras cosas más, por tener el dinero suficiente para subirse a dos o tres juegos.
Y en realidad la Feria llega a ser tantas cosas que limitarse de unas por tener de otras no me agrada, sin embargo tampoco es buena mi postura extremista de todo o nada, en la cual si no se va poder disfrutar de todo, pues mejor que no se disfrute de nada y así no yendo a la Feria se evitan deseos frustrados.
Eso decía yo hasta antes de hacer un fotorreportaje sobre la Feria. Para dicha actividad visité la feria toda una tarde, sin un plan establecido, simplemente con cámara en mano y una vista aguzada. En más de 150 fotografías no pude captar lo que en realidad es la feria para mi, sin embargo descubrí lo que me parece que es la feria para las personas y así se los diré que la Feria es:
Hacer fila para entrar a los espectáculos; son los papás viendo cómo sus niños se divierten en los juegos; es un carrusel de ponies reales, pero sin niños; es Chaplin buscando público para su show; es el mismo Chaplin, disfrutando de otro show; son luchadores tocando música surf y cantando con un megáfono; es una madre grabando las memorias para su niña de su primera ida a la feria; es comprarle un algodón de azúcar a tu esposa y tu niña; es un par de gemelos compartiendo tacos al pastor; el abuelo cuidando del nieto cuya diversión es caminar sobre la línea; es sonreirle al lente del fotógrafo; es que te de el "no mames" allá arriba; es que chicos y grandes esperen en la fila por el juego; una chica guapa junto a una botella gigante de tequila invitándote a pasar al infierno; es Lázaro y el iluminado mentándose la madre en las gradas, mientras unas muchachas agarran a cintarazos a los luchadores; son niños disfrutando de lo que es ser grandes y los grandes disfrutando como niños; es la angustia de ver a mama subirse al juego y que papa no te consuele; es cuidar de las bolsas y mochilas mientras tus amig@s disfrutan de los juegos; es esperar a que arreglen el juego; es ver como preparan a tu niña para alcanzar la cima; es ver como tu niña llora porque la cima esta muy alta; es llevar a tu hermana que llora con mama; es frustrarte por no ganarle un peluche a tu novia; es tu novia ganandose ese peluche; es la chica "cresta rosa + cubre bocas" vendiendo Dorilocos; es ir abrazada con el hombre cabeza de algodón; es ver como a tu niña le da miedo alimentar a los animales; es esperar por la ofertas de los gritones y ver como otros las aprovechan; es bailar en la explanada a ritmo de salsa...






















Y finalmente la Feria es pedirle a alguien que me tome una foto para decir "Cada aroma moviliza alucinaciones. Imaginando momentos, simple instinto conspiracional, yunques sonoros aturdiendome"

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